Laura Martín Rijo

Laura Martín Rijo

LO IMPOSIBLE… O eso creía yo. Lo que no pensaba era encontrarme en el camino a una persona que me acompañaría y me ayudaría a lograrlo. No. Una persona que conseguiría hacerme bajar el peso acumulado a pesar del deporte y gracias a los hábitos alimenticios equivocados. Me encanta la actividad deportiva y la he practicado desde edades tempranas, aunque toda mi vida fui redondita y estuve acomplejada debido a la “ayuda externa” de los demás niños/as y adultos. Algo que no arrastraré en el futuro. Y eso se lo debo a la experiencia a la que me refiero aquí. En 2009 probé por primera vez el triatlón y en el último año intensifiqué los entrenamientos durante ocho meses. Estaba muy motivada y disfrutaba. No estaba siguiendo una dieta adecuada ni a las cargas ni a las necesidades de mi cuerpo. Eso lo he aprendido con el tiempo. En ese momento me sentía bien, con mucho apetito y, como estaba realizando grandes esfuerzos físicos, no me privaba con las cantidades que ingería. Pensaba que, como no probaba alimentos fritos, rebozados o empanados y comía mucha fruta, estaba haciendo las cosas bien.

Y, casi sin darme cuenta, me ensanchaba y llegaba a los 73 kilos. Y, peor aún, poseía un porcentaje de grasa que rozaba el sobrepeso ligero. ¡Parece mentira que fuera una foto la que me hiciera plantearme pedir asesoramiento profesional!
Una amiga que había bajado de peso considerablemente estaba yendo a un tal Fran Delgado (¡no podía tener otro apellido!). Y me lo recomendó. A mí me llamó mucho la atención que, al contrario de lo que suele ocurrir cuando uno está sometido a una dieta, a ella se le veía animada, enérgica y saludable. Aún recuerdo que cuando llamé para pedir la primera cita me dijo que esa semana estaba muy ocupado y tendría que ser la siguiente. Yo insistí porque sabía que si pasaba el tiempo pasarían también mi voluntad y mis ganas. Así que, sin dudarlo, me buscó un hueco y ahí empezó todo. La primera semana bajé 3,6 kgs. y reduje en gran medida la grasa corporal. Y lo mejor es que fue con un menú elaborado por mí con las pautas que Fran me indicó. ¡Después de cuatro meses, los kilos perdidos llegaron a 10! Ahora estoy en mi peso ideal y mis grasas están dentro de la normalidad. Y esa es la clave. Fran me dio la información correcta. Tan simple como eso. No hay más. Bueno sí, también me aportó MOTIVACIÓN, ILUSIÓN, ESFUERZO, CONSTANCIA, CONFIANZA Y DISCIPLINA. Y todo ese cóctel mejoró mi autoestima. Y eso no se paga con dinero. Porque esos conocimientos me acompañarán durante toda mi vida. Y eso es otro tema, Fran no sólo te ayudará aportándote conocimientos fisiológicos relativos a la nutrición, sino que, además, lo hará desde una perspectiva humana, ya que trabajará la parte psicológica, entregándote las herramientas para que no te rindas, guiándote con estrategias para que progreses en tu autoconocimiento y llevándote a preguntarte el porqué de algunas de tus conductas y pensamientos.

En fin, un lujo al alcance de cualquiera. Animo a cualquier persona que busque aprender a cuidar su cuerpo a pedir consejo experto a Fran Delgado. Da gusto tratar con gente que ama su profesión y le echa tantas ganas a su día a día. Y que lo transmite a los demás. ¡Mil gracias, Fran!

Laura Martín Rijo

Nutritraining
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2020-12-16T11:09:23+00:00

Laura Martín Rijo

LO IMPOSIBLE… O eso creía yo. Lo que no pensaba era encontrarme en el camino a una persona que me acompañaría y me ayudaría a lograrlo. No. Una persona que conseguiría hacerme bajar el peso acumulado a pesar del deporte y gracias a los hábitos alimenticios equivocados. Me encanta la actividad deportiva y la he practicado desde edades tempranas, aunque toda mi vida fui redondita y estuve acomplejada debido a la “ayuda externa” de los demás niños/as y adultos. Algo que no arrastraré en el futuro. Y eso se lo debo a la experiencia a la que me refiero aquí. En 2009 probé por primera vez el triatlón y en el último año intensifiqué los entrenamientos durante ocho meses. Estaba muy motivada y disfrutaba. No estaba siguiendo una dieta adecuada ni a las cargas ni a las necesidades de mi cuerpo. Eso lo he aprendido con el tiempo. En ese momento me sentía bien, con mucho apetito y, como estaba realizando grandes esfuerzos físicos, no me privaba con las cantidades que ingería. Pensaba que, como no probaba alimentos fritos, rebozados o empanados y comía mucha fruta, estaba haciendo las cosas bien. Y, casi sin darme cuenta, me ensanchaba y llegaba a los 73 kilos. Y, peor aún, poseía un porcentaje de grasa que rozaba el sobrepeso ligero. ¡Parece mentira que fuera una foto la que me hiciera plantearme pedir asesoramiento profesional! Una amiga que había bajado de peso considerablemente estaba yendo a un tal Fran Delgado (¡no podía tener otro apellido!). Y me lo recomendó. A mí me llamó mucho la atención que, al contrario de lo que suele ocurrir cuando uno está sometido a una dieta, a ella se le veía animada, enérgica y saludable. Aún recuerdo que cuando llamé para pedir la primera cita me dijo que esa...